La estrategia económica socialdemócrata del Gobierno del Partido Popular



Llevo un tiempo que no salgo de mi asombro. Porque asombroso me parece lo que sucede y sorprendente el hecho de que pueda estar pasando. Me refiero a la estrategia económica socialdemócrata de Rajoy y su equipo económico de gobierno. Estrategia que, salvo una reforma laboral a todas luces desfasada en la actual situación de crisis de demanda no keynesiana y alguna que otra medida menor de ahorro, día tras día continúa su deriva sin que prácticamente nadie dentro del Partido Popular –Esperanza Aguirre, por ejemplo-, de las organizaciones empresariales o del resto del arco parlamentario conservador –CiU, PNV- les reprochen nada de lo que cada día se hace más obvio a los ojos de cualquier persona con algo de espíritu crítico constructivo.

Muchos pondrán el grito en el cielo. ¡Socialdemócrata el equipo de Rajoy! ¿Socialista? Pues sí señores, muchas de las medidas que están emprendiendo este Señor y su tándem económico Montoro–De Guindos entran dentro del más puro ideario socialdemócrata para luchar contra la crisis. Y no es que no haya opciones en este ámbito de pensamiento de izquierdas, que las hay aunque ahora no sirvan para salir de esta espiral contractiva, sino que los ciudadanos han votado al Partido Popular para que se apliquen medidas de corte liberal que son las que precisamente no se están tomando.

Ya el discurso de investidura del Presidente del Gobierno, con toda su falta de ideas para salir de la crisis, hacía presagiar algo extraño. Mariano RajoySin embargo, toda esta deriva empezó de verdad cuando, tras instalarse en la Moncloa, Rajoy y su tándem hicieron su primera declaración de intenciones. Los impuestos indirectos (IVA) que había subido el anterior ejecutivo un 12,5% se quedaban como estaban. Dejaban ya claro que no creían estar en una crisis de Demanda no Keynesiana y que las medidas que iban a tomar no pretendían reactivar la capacidad de compra de los españoles y no buscaban sacarnos de la espiral contractiva de demanda en la que estamos.

A continuación vinieron otros despropósitos. El primero y mayor fue la subida del IRPF -30 de diciembre- y del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) para compensar el aumento “no esperado” del Déficit. ¡Como si no lo esperaran! Como si no supiéramos todos que el déficit iba a ser mayor de lo declarado por el anterior gobierno Zapatero. Como si no fuera Vox Pópuli que el Estado estaba demorando pagos y transferencias y había adelantado el pago del impuesto de sociedades para tapar el agujero antes de las elecciones y que eso iba a provocar un descuadre aún mayor en las cuentas del 2012. Y como si no hubiera medidas de recorte del gasto público directo que pudieran sobre compensar no sólo ese nuevo descuadre sino todo el déficit entero sin tener que subir el IRPF.

Pues bien, si hay algo verdaderamente de ideario socialdemócrata en una crisis –aunque en esta no funcione- es una subida de impuestos. Al menos así lo pensaba el anterior ejecutivo socialista aunque ellos no se atrevieron a hacerlo temiendo el descalabro electoral que ello hubiera supuesto. Basándose en las ideas de John Maynard Keynes, este ideario apuesta por la supuesta movilización de los ahorros, que en estas circunstancias suelen quedarse lo mas quietos posible, mediante subidas de impuestos para que el Estado pueda gastarlos en cualquier cosa con tal de que el consumo se reanime. Pero no estamos en una crisis de demanda keynesiana y no hay ahorros que movilizar con la subida de impuestos. Más bien hay mayor bajada aún del consumo si cabe ya que la renta disponible –ya antes muy dañada- baja según suben estos.

La siguiente medida, más bien tomada en paralelo, fue la congelación de los sueldos públicos y del Salario Mínimo Interprofesional. Esta medida, una reducción de facto de estos sueldos y del SMI dada la inflación existente, y como tantas otras de Rajoy y su tándem económico, pretende únicamente reducir los gastos corrientes para dejar intacto el tamaño del Estado -nada hay de cambio estructural en ello-. Claro, qué podíamos esperar de Cristobal Montoro, el Ministro de Hacienda que en las dos legislaturas de Aznar dejó intacto el volumen total de la deuda pública aunque esta redujera su peso en el PIB como consecuencia del aumento de este último -ver página de Estadísticas Económicas en este blog-. Así, durante los años de crecimiento del PIB que van de 1997 a 2007, el superávit anual en las cuentas públicas de nuestro país no fue destinado a reducir el importe total de la deuda pública sino a incrementar los gastos corrientes. Cuando llegó la crisis, el margen de gasto keynesiano resultó tan bajo –limitado por lo acordado en el Tratado de Maastricht o de creación de la zona euro- que no tardó en superarse por un gobierno socialista gastón.

Volviendo al tema de los sueldos de los empleados públicos, los socialistas redujeron estos sueldos una media del 5% durante la anterior legislatura sin ninguna eficacia de ahorro ni de dinamización del tejido productivo y el equipo de Rajoy se ha columpiado en las mismas ideas equivocadas. Durante todo el año 2011 ha podido comprobarse como la reducción de salarios ha traído consigo la reducción del consumo en el único sector de la población que en tiempos de crisis puede seguir gozando de crédito para consumir, ya que los bancos, a pesar de los bajos salarios, siempre han considerado su estabilidad laboral como un factor muy positivo para evaluar la solvencia de los flujos de dinero que devolverán mes a mes sus créditos. Lo que Montoro y De Guindos, lo mismo que los responsables económicos del anterior gobierno socialista, no parecen entender es que si los sueldos no llegan a fin de mes los salarios estables no ayudarán a conseguir créditos bancarios.

Los bancos no buscan propiedades sino flujos monetarios que devuelvan el principal prestado y paguen los intereses convenidos y la reducción de la capacidad de compra de este sector ahoga así la poca capacidad de compra que quedaba con algo de acceso al crédito bancario en nuestro país.

Y es que lo liberal desde el punto de vista económico en este caso habría sido reducir el tamaño del sector público eliminando ministerios, direcciones generales, empresas públicas, subvenciones varias, limitando la capacidad de gasto autonómico, reduciendo el número de ayuntamientos e incluso despidiendo a todo trabajador público que no resulte necesario. Pero no reduciendo los gastos corrientes del mismo amenazando con volver a subirlos –incluso a sobrealimentarlos para recuperar capacidad de compra perdida- en cuanto la crisis parezca amainar. Un estudio bastante interesante de Juan Ramón Rallo nos acerca unos presupuestos muy susceptibles de ser recortados de una forma importante. A esto yo le añadiría, tal y como he empezado sugiriendo en este párrafo, unas cuantas partidas más y muchos despidos de empleados públicos no necesarios.

Sólo recordar que el incremento en el número de trabajadores públicos de este país ha sido verdaderamente escandaloso comparándolo con el de los empleados del sector privado. Entre 1976 y 2011 el número de empleados del sector privado ha crecido un 33,6% mientras que el del sector público ha crecido un 134,2%. Y este contraste es verdaderamente llamativo durante la presente crisis ya que desde el cuarto trimestre de 2007 hasta el segundo de 2011 el empleo privado cayó un 14,1% mientras el empleo público creció un 10,4% -ver de nuevo la página de Estadísticas Económicas en este blog-. Estas cifras dan idea clara de las razones políticas y no técnicas que subyacen detrás de gran parte del empleo público creado en nuestro país desde el comienzo de nuestra democracia. Y la política jugada por políticos mediocres y sin viabilidad técnica es lo que nos ha llevado a esta situación.

Las reducciones de la estructura del sector público anunciadas parecen así de risa al lado de los aumentos de impuestos y la reducción de salarios. Sólo se anuncian recortes de partidas en un 15% a cada Ministerio, pero no del tamaño del Estado –central, autonómico y local-. Recortes que trasladarán el gasto a ejercicios siguientes o generarán deuda oculta con proveedores que cobrarán con intereses más adelante. Y así no se arregla el problema del déficit. ¿O es que alguien cree que un Ministerio va a trabajar sin papel, sin toner o sin servicio de limpieza?

Otra medida de corte claramente socialdemócrata -3 de febrero- es la de intentar sanear el sector bancario mediante el endurecimiento de la normativa financiera y la promoción pública de las fusiones y adquisiciones para supuestamente evitar quiebras en el sistema financiero. ¿Pero en que mente cabe que la mejor manera de salir de una crisis es menos y no más competencia en el sector financiero? Si un banco va muy mal porque ha invertido erradamente su dinero, que suspenda pagos o que quiebre. Para evitar el pánico bancario que podría aparecer en estos casos se creó hace años el fondo de Garantía de Depósitos. Los pequeños depositantes resultan cubiertos mientras que los medianos y grandes han de preocuparse por analizar mejor la institución a la que confían sus saldos monetarios. Ya aparecerán otros bancos nacionales o extranjeros que compren los activos buenos de dicho banco. A lo mejor los depositantes ni lo notan.

Si un banco va muy mal porque el gobierno ha desarrollado una política económica descabellada, parte de la culpa tendrá que asumirla el propio banco por tener unos gestores tan poco capaces como para no prever los resultados de semejante política económica. La otra parte tendrá que asumirla el gobierno de turno por llevar a estos bancos a asumir un exceso de riesgo para una situación económica inflada artificialmente como consecuencia de las medidas tomadas por este u anteriores gobiernos. Un Gobierno no puede estar libre de culpa por que sí y sus gestores ser impunes a las consecuencias de sus actos. Si un gobierno se equivoca y daña a determinadas empresas o a los ciudadanos, ese gobierno o el que le suceda, ha de resarcir en la medida de lo posible las consecuencias de sus actos. El pueblo, como responsable civil subsidiario, habrá de cargar con la parte de la carga económica que le corresponda. Así, al votar en las urnas, se lo pensará más y calibrará mejor sus actuaciones. Si el Gobierno, como lo ha hecho el de Rajoy, obliga a las entidades financieras a asumir el total del ajuste, está sacando mucha liquidez necesaria de los canales de crédito para dedicarla al saneamiento. En estos momentos de crisis de capacidad de compra, esta medida no es precisamente lo que se necesitaba.

A continuación vino una reforma laboral no por necesaria bien traída al paquete de medidas para luchar contra la crisis actual. Ya he dicho por activa y por pasiva que una reforma laboral como esta, impuesta sin que previamente se haya reformado la legislación financiera para liberalizar el sector y permitir la aparición de un capital riesgo de verdad que financie la aparición de nuevas empresas sin un respaldo financiero fuerte previo, empresas que oferten trabajo a los que lo pierdan por la nueva legislación laboral menos protectora, sólo acabará generando una gran bolsa de trabajadores mal pagados con sueldos bajos y una mínima capacidad de compra que hundirá la demanda interna aún más dejando el crecimiento de nuestro país en manos de la demanda exterior. Idea que esta basada en un craso error económico al que parecen abonados nuestros gobernantes políticos desde hace varias décadas.

Por ello, esta reforma no es sino una muestra de cómo una medida liberal mal diseñada puede no sólo no ayudar sino incluso frenar durante bastante tiempo la recuperación que permita que salgamos de esta espiral contractiva.

Otra medida de lo menos liberal y muy de corte socialdemócrata -16 de marzo- es la de habilitar crédito público para las pymes y autónomos -22.000 milones de euros-. Como si el Gobierno –a través del ICO- supiera dar créditos con fines productivos mejor que el sector privado. Como si ese dinero saliera de la nada y no de los impuestos o de más deuda pública que ya han pagado, o acabarán pagando, las mismas empresas y autónomos que los reciben. Sólo que por medio quedan todos los costes de intermediación de un estado ineficiente en esta función, costes que habrá que cargar a la competitividad de estas mismas empresas y autónomos. Un estado que además puede dar crédito a proyectos sin viabilidad pero afines políticamente –o los gestores- al partido en el poder. Si esos 22.000 millones de euros dejaran de ser extraídos de los bolsillos de los contribuyentes, a lo mejor estos podrían recuperar algo de la capacidad de compra perdida y la demanda recuperarse para bien de nuestra economía. Pensar que el Gobierno puede ser un buen gestor de créditos al sector privado es pensar muy socialdemócrata, señores Rajoy, Montoro y De Guindos.

Pero la puntilla a toda la increíble deriva socialdemócrata de este Gobierno la puso una noticia que pasó bastante desapercibida en los medios aunque a mí me pareciera escandalosa. Hace un mes aproximadamente, Rajoy reclamó en Bruselas a los otros gobiernos de la UE que los remanentes de los fondos comunitarios se utilizaran en proyectos de creación de empleo. ¿Cómo? Rajoy pidiendo que se utilice el dinero público para crear empleo. Política keynesiana pura. ¿Otro plan E? Algo propio de Zapatero y de su equipo económico es ahora demandado por un gobierno que se supone fue votado para llevar a cabo una política económica totalmente contraria, con menos Estado e intervención pública. Mi asombro fue tal que no pude hacer otra cosa que ponerme a escribir.

La izquierda se calla, claro. Exceptuando la maltraída reforma laboral, Rajoy y su equipo se están ciñendo a parte del ideario del PSOE más que los mismos socialistas en los últimos tiempos del gobierno de Zapatero y con ello les están dejando sin argumentos. Es más, Rajoy está sacando adelante medidas que ni al mismísimo equipo de ZP se le hubieran ocurrido.

A los socialistas, que en estos últimos tiempos han demostrado una falta de nociones de economía mayúscula sólo comparable a su falta de escrúpulos a la hora de negociar con ETA y los nacionalismos, lo único que parece molestarles es el que no sean ellos los que estén tomando estas equivocadas medidas mientras siguen en el poder. Aunque ello nos hunda aún más en esta crisis que nadie parece entender. Estamos entrando en una espiral de despropósitos por parte de todo nuestro espectro político que no parece terminar. A mayor despropósito más hundimiento y a mayor hundimiento nuevos despropósitos.

Autor: Rafael Hernández Núñez

6 comentarios el “La estrategia económica socialdemócrata del Gobierno del Partido Popular

  1. Hola Carl,

    El total de estos avales más las deudas directas se están cifrando por otros economistas -yo todavía no me he metido en estas cifras en concreto- en un billón ochocientos mil millones de euros.

    Está claro que el Gobierno está dando palos de ciego y no tiene una dirección intelectual clara que le oriente en las medidas a tomar. Por eso mezcla medidas socialdemócratas como esta misma de avalar con fondos públicos la actividad del sector privado con otras supuestamente liberales aunque mal diseñadas como la reforma laboral. Si a eso le añadimos que están forzando a las administraciones regionales y locales a elevar todas las tasas y precios de servicios públicos a su alcance, ya que no les están obligando a reducir el tamaño del sector público, tenemos que nuestro futuro económico se atisba mas que negro para la economía productiva de nuestro país. El consumo bajo mínimos no va a traer más que mas recesión, paro, menos beneficios y menos recaudación tributaria. Y claro, con este Gobierno que no recorta lo que tiene que recortar, tendremos más subidas de impuestos. Y si no, al tiempo.

    Un saludo cordial,

  2. En vista de el ICO va a lanzar una cantidad ingente de prestamos, pero claro todo esto esta avalado incondicionalmente por «El Estado». Si esto ultimo se lleva a cabo – si mal no me equivoco, El Gobierno de España habrá avalado al ICO unos 100.000 millones de creditos y aun no veo lo que han avalado indirectamente (avales y garantias de credito) .

    Ademas esta el FROB en lo cual solo he visto por encima, el montante de credito, garantias y avales y «compra de participaciones en las cajas (ya estamos viendo lo que acaban «valiendo» – ilusos). Esto sin sumar avales de deuda emitidos por la banca y avales a sus cedulas hipotecarias… y otros «activos» toxicos (subprime baby) para mantenerse a flote… O sea, la pregunta del billon: Cuanto es el TOTAL de estos avales de credito del gobierno – un montante que no figura en la deuda del gobierno (aunque naturalmente, avalar no es «lo mismo» que contraer la deuda – a nivel contable y fiscal; pero…)

  3. El tiro en la nuca de hoy, y el de mañana, estaba prácticamente erradicado gracias a la acción de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, esas que dices sin argumentos que yo desprecio, antes de que el PSOE se pusiera a negociar con el entorno de ETA para legalizarlos y devolverlos a los ayuntamientos y demás instituciones sin que la banda terrorista entregara sus armas y para escarnio de las pobres víctimas y demás ciudadanos que no creemos en la negociación con los terroristas -mas bien mafiosos asesinos-.

    Lo del voto a Bildu, además de ser una demostración del grado de retraso democrático de esa parte de la sociedad que vota a un grupo que no cree en la Democracia, ni por ideología ni por metodología, no deja de parecerme un alarde de hipocresía de aquellos que lo defienden dado el estado de limpieza étnica al que se ha llegado en muchos lugares de ese precioso rincón de la península ibérica y el control pseudo totalitario de muchas urnas que hace ese entorno mafioso. Lo de que ese partido sea legal se lo debemos en gran parte a esa negociación del PSOE que ha forzado las instituciones y las leyes al máximo mediante jueces claramente politizados y todavía está por ver si sigue siendo legal mucho tiempo.

    Visto lo visto, ¿de verdad crees que no han conseguido grandes contrapartidas dado el estado de debilidad terrorista en el que les habían situado las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado?

    Por último, y lamentablemente, el trabajo de una parte de esas fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado -incluyendo aquí parte de la judicatura- se deprecia a sí mismo desde el momento en que se destruyen pruebas, se crean otras artificialmente y se manipula la información para crear un estado de opinión proclive a un relato de los hechos que no parece que lo que se va conociendo poco a poco refrende en absoluto. Y no creo faltar a nadie al respeto porque le diga que ha dicho algo que me parece que ha pensado demasiado a la ligera.

    Espero que me sigas demostrando que te gusta pensar argumentando tus asertos con textos bien meditados, pues el debate me ha parecido y me parece siempre algo de lo más enriquecedor cuando los argumentos tienen una buena carga intelectual que los apoye.

  4. Me parece bien que se miren las cosas con perspectiva histórica, si, pero después de evitar si está al alcance el tiro en la nuca de hoy, y el de mañana.

    Si está Bildu en algunos ayuntamientos y diputaciones es porque los ciudadanos de esos pueblos y provincias les han votado. Por mucho que sean legales, si los ciudadanos no les votan, no estarían ahí. Y son legales porque han acatado las reglas del juego, nos guste o no.

    La apuesta por las vías políticas y no por las violentas, era lo que les exigíamos, y hemos logrado nuestro propósito sin grandes contrapartidas. ¿Qué más queremos? Ahora, menos quejarse y a ganar en propuestas, a competir en las urnas.

    Sigue pareciéndome anti-natura un pacto PSOE-PP, cuando en el resto del país se tiran los trastos a la cabeza y se venden como propuestas antagónicas. Pero forma parte del juego democrático y lo acepto pese a mi percepción, que es libre.

    Por último, me parece kafkiano que alguien que defiende las teorías conspiracionistas sobre el 11-M, alguien que de esa manera desprecia el trabajo de los cuerpos de seguridad, investigadores y jueces al respecto, me falte al respeto considerando un comentario mío como «de una ligereza impropia de alguien al que le gusta pensar». Me gusta pensar, y mucho. Acepta, cuando menos, que no pensar como tú, no significa no pensar.

  5. Si por paz consideras el hecho de que los que llevan tantos años haciendo uso del terror para expulsar a los que no piensan como ellos del país vasco estén ahora en los ayuntamientos controlando todos los datos personales del resto de los ciudadanos así como muchos fondos públicos, lo siento pero me río yo de esa paz. La paz del muerto por terror la llamaría yo. Hay que mirar la realidad con perspectiva histórica. La falta de escrúpulos hace referencia a ese hecho así como que las negociaciones han sido nó sólo subterraneas sino que se han saltado a la torera cuando les ha parecido bién la ley de partidos firmada tanto por PSOE como por PP. Y eso sin entrar en las sospechas que muchos tenemos acerca del orígen del 11-M.

    Lo de calificar como pacto anti-natura el pacto de partidos democráticos que legal y libremente han decidido que quieren gobernar en lugar de los nacionalistas es una ligereza impropia de alguien al que le gusta pensar. Si así se aceptara entonces tendrían que calificarse igualmente los múltiples pactos CIU-PSOE o PNV-PSOE, dada la contraposición de ideologías existente.

    Respecto a la actividad del Gobierno del Partido Popular, mis comentarios van orientados a mostrar la falta de resultados que esas políticas económicas van a obtener. Porque las políticas socialdemócratas -expansión del gasto público y/o aumento de impuestos- pueden aplicarse en períodos de crecimiento o de crisis keynesianas, pero no en una crísis de demanda no keynesiana como la que estamos padeciendo. Creo haber explicado con detalle las consecuencias de lo que están haciendo y mucho me temo que el tiempo me dará la razón. Más paro, más estancamiento y mucho sufrimiento de la gente por culpa de unos políticos mediocres.

  6. ¿Falta de escrúpulos a la hora de negociar con ETA? Deberías mostrar mayor respeto a quien ha llevado la paz a las calles del país vasco y la tranquilidad a políticos y familias que pueden pasear por sus pueblos y ejercer su oposición sin escoltas. Y, que yo sepa, no ha sido a costa de la independencia ni nada parecido. ¿Falta de escrúpulos a la hora de negociar con el nacionalismo? Quizás te refieras al pacto anti-natura con el PP para echar a los nacionalistas del gobierno del país vasco. Ahí te doy la razón. Tan lejos, tan cerca. De todas formas, no entiendo tanta queja por la actividad del gobierno del PP ¿Qué esperaban los votantes? Yo, desde luego, no estoy sorprendido en absoluto.

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